Venezuela ¿nos hundiremos en la radiación atómica sin arreciar la lucha anti-capitalista?
Por: Franz J. T. Lee
Venezuela, la pregunta que nos debemos hacer es: ¿como país importante productor de petróleo, de verdad estamos dispuestos a rendirnos ante la catástrofe atómica mundial sin declararle la guerra mundial a los desastres imperialistas actuales en Japón y Libia?
En la historia las clases dominantes - en realidad una minoría liliputiense pero poderosa - con la arrogancia que las caracteriza, se auto-proclamaron el Herrenvolk, la raza superior, el homo sapiens sapiens, a pesar de que nunca les interesó la verdadera philia (amor) humana ni la sophia (sabiduría) con respecto a la naturaleza y los esclavos laborales. Sólo creyeron en su hen kai pan, en su uno y todo, en sí mismos como reyes filósofos platónicos "elegidos", e incluso cuando pierden elecciones presidenciales "democráticas" - como en los casos de Bush I y II - todavía se salen con todo. Sólo creían en un panta rhei sistémico, en el eterno flujo dialéctico de la acumulación de la corrupción, los privilegios, la riqueza y las ganancias que son "el padre de todas las cosas" (Heráclito). Al igual que para Napoleón, para ellos la vida global es "veni, vidi vici!": "vine, vi y vencí". Estas élites tienen un hambre voraz e insaciable por la sangre, la conquista y la guerra. Actualmente en el norte de África, en Libia y en el Oriente Medio, la OTAN junto con sus aliados occidentales y sus títeres árabes demuestran por excelencia aquella característica que le es inherente a este lobo imperialista, a este homo homini lupus de Hobbes, que no tiene otra cosa en mente sino la bellum omnium contra omnes, la guerra imperialista de todos contra todos.
Todos aquellos que no pertenecieron a esta sonora especie del HOMBRE - entre ellos, las mujeres, los indígenas, los paganos, los esclavos negros, los indios, los bosquimanos, "Los Miserables" (Victor Hugo) y las "brujas" (que luego fueron "elevadas" a "perras"), a todos ellos simplemente los quemaron en la hoguera o fueron perseguidos, explotados, violados, torturados y descuartizados. Ese tratamiento "real" que se les aplicó a las "bestias de carga" y a los "camelleros" no europeos es prácticamente indescriptible.
En este lado del Rubicón, los gobernantes europeos, el clero y la nobleza,
estaban tratando de construir una 'Civitas Dei' (Ciudad de Dios) en la Tierra,
San Agustín. En el otro lado, más allá de los sueños divinos, el feudalismo real masacró a decenas de miles en sus crueles guerras campesinas, sus cruzadas y su guerra de los mil años, donde la violencia envió a sus víctimas al más allá, al fuego eterno.
Con esos antecedentes no es nada extraño que hoy los retoños de esas clases dominantes draconianas siguen matando a todo sin ningún respeto por la vida, por la naturaleza y la sociedad.
Desde milenios, el motor que estaba (y todavía está) detrás de todo esto era el brutal proceso histórico de la acumulación de capital.
Los gobernantes - la nobleza, el clero, los señores feudales y los capitalistas
emergentes - se convirtieron en expertos incorregibles en mentir, en el robo
organizado, en las torturas, el terror y el asesinato sin fin. Entre otras
cosas, todo este proceso histórico se llamaba eufemísticamente la civilización, la cultura occidental, el cristianismo, la humanidad, la libertad, la democracia, la paz, la revolución y el progreso. Pero ¿cuáles son las verdaderas connotaciones de estos términos, las que pudimos ver en todo el mundo, las mismas que podíamos leer en la novela de Orwell "1984"?. El resto es simplemente retórica política y jerga diplomática, habladera habladuría de los gobernantes, sus falsos positivos y su ideología racista y arrogante.
Durante el descubrimiento, la conquista y el colonialismo, es decir, durante la época del comercio transatlántico de esclavos y el establecimiento del mercado mundial, de la manera más horrenda y sin ningún tipo de misericordia o escrúpulos, se sacrificaron millones y millones de personas inocentes en el altar racista del Moloch capitalista. Hasta el día de hoy, esto sigue siendo el "valle de lágrimas" para los pobres, siguen siendo las "condiciones sin alma en un mundo sin corazón", que es la globalización. Está sucediendo ahora en Libia y pronto podría ocurrir aquí en América Latina, en Venezuela.
Durante los últimos milenios, desde la introducción del capitalismo, se puso en marcha en la Madre Tierra un inexorable modo de destrucción anárquico. Hasta ahora, en latencia y tendencia, es decir, en posibilidad científica y
filosófica, este orden mundial, que es la globalización, está decidido a
destruir a toda costa el experimento vida en nuestro Planeta Tierra. En las
guerras mundiales coloniales e imperialistas, se asesinaron miles de millones de esclavos rebeldes, campesinos, siervos y trabajadores en nombre de los negocios, en fín, en nombre del capitalismo.
¿Quiénes se preocupaban realmente por la "chusma" de la sociedad burguesa, por la "carga del hombre blanco" (Kipling), y quienes todavía se preocupan hoy en día? ¿Dónde está la solidaridad internacional concreta y efectiva de los trabajadores, para los trabajadores?
En realidad podemos ver los signos de un venidero apocalipsis mundial en todos lados. El capitalismo está destruyendo el propio sustrato del experimento de la vida en nuestro planeta azul y con ella el experimento del homo novum cósmico.
Homo homini lupus está empeñado en destruir en las próximas décadas lo que el experimentum mundi (Ernst Bloch) ha creado a través de más de cuatro mil millones de años.
En caso de que hayamos borrado y olvidado algunos acontecimientos de la realidad contemporánea, vamos a refrescar nuestra memoria y transiluminar algunos asuntos que revelan una realidad global altamente problemática para la humanidad.
* Hasta 1996, Francia realizó pruebas atómicas en las cercanías de los atolones de la Mururoa y Fangataufa en el Pacífico Sur. Hoy en día, como consecuencia de esas pruebas, los pueblos indígenas todavía están sufriendo los efectos de esa intensa radiación. Incluso las tortugas han perdido su sentido de orientación y se encuentran en la extinción.
* Lo mismo vale - en otras latitudes - para las abejas y las aves. Einstein
advirtió de que si las abejas desaparecen, entonces a la humanidad probablemente sólo le quedarían pocos años de vida.
* Según estudios científicos, en las últimas décadas los "accidentes" nucleares de Chernobyl y Three Mile Island han cobrado ya un millón de víctimas.
* El desastre petrolero del Exxon-Valdex cerca de Alaska hace unos años atrás ya ha matado a casi todos los trabajadores que estaban tratando de limpiar ese desastre corporativo; parece que ninguno de ellos alcanzó la edad de cincuenta años. Bueno, el número de muertos será mucho mayor entre los "liquidadores heroicos" de Japón.
* La actual situación apocalíptica (las "fugas" de petroleo) en el Golfo de
México y el delta del Níger siguen amenazando los habitantes de la región. Otra muestra más de que a los gigantes corporativos no les importa un centavo lo que está pasando con la naturaleza y la vida humana.
* Millones de seres humanos están muriendo como resultado de los experimentos en la producción de armas de destrucción masiva biológicas y químicas .
* También el SIDA, al igual que las gripes aviar y porcina, después de su
"salida" de los laboratorios militares como "virus", luego camuflajeados como "vacunas", cobran millones de vidas en todo el mundo.
* Se están muriendo no sólo innumerables plantas, insectos, peces y aves; hace un tiempo, se incineraron un millón de "vacas locas" y más recientemente en Corea del Sur fueron enterrados vivos un millón de cerdos infectados por un virus.
* ¿Quién sabe, porque es pura especulación, pero durante las guerras de Irak, cuántos soldados probablemente podrían haber corrido la misma suerte? Después de un tratamiento electro-magnético, seguido por una sobredosis de ondas de extra baja frecuencia (ELF), algunos miles pueden haber sido enterrados vivos bajo la arena del desierto; dentro de 50 años sabremos mejor, como en el caso del asesinato de Patrice Lumumba.
* Las ondas ELF, las balas de uranio empobrecido y las bombas de fósforo blanco completan la etapa inicial de la destrucción capitalista global.
* Aquellos países africanos que no se unieron a la 'Africom' - Libia, Costa de
Marfil, Zimbabwe, Sudán y Eritrea - ahora están siendo "integrados" violentamente a la OTAN.
La Segunda Conquista, o sea, la Tercera Guerra Mundial, es aún más devastadora, porque ya está poniendo en marcha el holocausto físico y mental total y totalitario, el Maafa global (swahili = desastre apocalíptico).
El desastre del terremoto y del tsunami en Japón es sólo un comienzo, una
ominosa advertencia sobre peores cosas por venir, sobre el verdadero globo
fascismo, llamado globalización.
Lo que está ocurriendo ahora en Japón, lo mismo podría ocurrir en cualquier
momento en Francia, EE.UU. o Rusia. Hay cientos de reactores atómicos viejos que están a punto de fallar. Nada más un apagón de mayores proporciones, sea a nivel continental o regional, podría desatar una reacción en cadena de acontecimientos incontrolables. Además con las armas de destrucción masiva almacenadas en todas partes del mundo, pronto estaremos jugando a la ruleta rusa. Armas de gran alcance como el HAARP podrían reproducir el Maafa japonés en cualquier lugar del mundo, podrían cortar a los EE.UU. en la mitad, de hecho, podrían dividir el planeta mismo en dos, incluso lo podría sacar de su órbita.
La catástrofe actual en Japón no es comparable con nada en el pasado, tal vez en sus cifras de posibles víctimas humanas, a la trata de esclavos transatlántica y a la Conquista. Con toda probabilidad, no hay japoneses en las islas que no sean radicalmente afectados por la radiación atómica, y si aún no lo son, entonces muy pronto, lo estarán en los meses siguientes. Las verdaderas dimensiones de este desastre, que en realidad está comenzando ahora, sólo se conocerán en las próximas décadas. Esta vez no sólo Japón está amenazado, sino la vida humana misma está en peligro de extinción.
Ni siquiera ante esta situación de peligro inminente, los siete mil millones de "condenados de la Tierra" toman las armas contra un mar, contra un tsunami de problemas. Venezuela y el resto del mundo ¿vamos a pasar a la historia y desaparecer en el sistema solar, sin emprender una lucha anti-capitalista a nivel global?
¿Qué hacer, cómo pensar y hacia dónde superar?
Como ya hemos explicado en tantos escritos, la respuesta a esta pregunta múltiple es muy sencilla. Tenemos que acabar con el capitalismo mundial en todas sus facetas concretas naturales y sus dimensiones ideológicas sociales. Quién no ha comenzado todavía con este proceso emancipatorio está en un grave problema natural y social. Pero hasta a la hora cero, todavía hay esperanza creativa trascendental.
Como cualquier proceso histórico, dialécticamente el capitalismo está afirmándose (como 'A') en permanencia y así es como reproduce su propia negación ('No-A'). En la lucha de clases, violentamente a través de su afirmación el sistema mismo destruye a su propia negación (la negación de la negación) y traspasa afirmativamente a un grado superior de la explotación, dominación y discriminación, en nuestro caso, al fascismo global y la globalización fascista.
Por eso, ser realmente anti-capitalista significa erradicar su afirmación ('A') Y su Negación ('No-A'). Significa al mismo tiempo traspasar hacia la emancipación creativa, hacia el homo novum, al hombre nuevo.
franz@franzlee.org.ve
http://www.franzlee.org.ve
Por: Franz J. T. Lee
Venezuela, la pregunta que nos debemos hacer es: ¿como país importante productor de petróleo, de verdad estamos dispuestos a rendirnos ante la catástrofe atómica mundial sin declararle la guerra mundial a los desastres imperialistas actuales en Japón y Libia?
En la historia las clases dominantes - en realidad una minoría liliputiense pero poderosa - con la arrogancia que las caracteriza, se auto-proclamaron el Herrenvolk, la raza superior, el homo sapiens sapiens, a pesar de que nunca les interesó la verdadera philia (amor) humana ni la sophia (sabiduría) con respecto a la naturaleza y los esclavos laborales. Sólo creyeron en su hen kai pan, en su uno y todo, en sí mismos como reyes filósofos platónicos "elegidos", e incluso cuando pierden elecciones presidenciales "democráticas" - como en los casos de Bush I y II - todavía se salen con todo. Sólo creían en un panta rhei sistémico, en el eterno flujo dialéctico de la acumulación de la corrupción, los privilegios, la riqueza y las ganancias que son "el padre de todas las cosas" (Heráclito). Al igual que para Napoleón, para ellos la vida global es "veni, vidi vici!": "vine, vi y vencí". Estas élites tienen un hambre voraz e insaciable por la sangre, la conquista y la guerra. Actualmente en el norte de África, en Libia y en el Oriente Medio, la OTAN junto con sus aliados occidentales y sus títeres árabes demuestran por excelencia aquella característica que le es inherente a este lobo imperialista, a este homo homini lupus de Hobbes, que no tiene otra cosa en mente sino la bellum omnium contra omnes, la guerra imperialista de todos contra todos.
Todos aquellos que no pertenecieron a esta sonora especie del HOMBRE - entre ellos, las mujeres, los indígenas, los paganos, los esclavos negros, los indios, los bosquimanos, "Los Miserables" (Victor Hugo) y las "brujas" (que luego fueron "elevadas" a "perras"), a todos ellos simplemente los quemaron en la hoguera o fueron perseguidos, explotados, violados, torturados y descuartizados. Ese tratamiento "real" que se les aplicó a las "bestias de carga" y a los "camelleros" no europeos es prácticamente indescriptible.
En este lado del Rubicón, los gobernantes europeos, el clero y la nobleza,
estaban tratando de construir una 'Civitas Dei' (Ciudad de Dios) en la Tierra,
San Agustín. En el otro lado, más allá de los sueños divinos, el feudalismo real masacró a decenas de miles en sus crueles guerras campesinas, sus cruzadas y su guerra de los mil años, donde la violencia envió a sus víctimas al más allá, al fuego eterno.
Con esos antecedentes no es nada extraño que hoy los retoños de esas clases dominantes draconianas siguen matando a todo sin ningún respeto por la vida, por la naturaleza y la sociedad.
Desde milenios, el motor que estaba (y todavía está) detrás de todo esto era el brutal proceso histórico de la acumulación de capital.
Los gobernantes - la nobleza, el clero, los señores feudales y los capitalistas
emergentes - se convirtieron en expertos incorregibles en mentir, en el robo
organizado, en las torturas, el terror y el asesinato sin fin. Entre otras
cosas, todo este proceso histórico se llamaba eufemísticamente la civilización, la cultura occidental, el cristianismo, la humanidad, la libertad, la democracia, la paz, la revolución y el progreso. Pero ¿cuáles son las verdaderas connotaciones de estos términos, las que pudimos ver en todo el mundo, las mismas que podíamos leer en la novela de Orwell "1984"?. El resto es simplemente retórica política y jerga diplomática, habladera habladuría de los gobernantes, sus falsos positivos y su ideología racista y arrogante.
Durante el descubrimiento, la conquista y el colonialismo, es decir, durante la época del comercio transatlántico de esclavos y el establecimiento del mercado mundial, de la manera más horrenda y sin ningún tipo de misericordia o escrúpulos, se sacrificaron millones y millones de personas inocentes en el altar racista del Moloch capitalista. Hasta el día de hoy, esto sigue siendo el "valle de lágrimas" para los pobres, siguen siendo las "condiciones sin alma en un mundo sin corazón", que es la globalización. Está sucediendo ahora en Libia y pronto podría ocurrir aquí en América Latina, en Venezuela.
Durante los últimos milenios, desde la introducción del capitalismo, se puso en marcha en la Madre Tierra un inexorable modo de destrucción anárquico. Hasta ahora, en latencia y tendencia, es decir, en posibilidad científica y
filosófica, este orden mundial, que es la globalización, está decidido a
destruir a toda costa el experimento vida en nuestro Planeta Tierra. En las
guerras mundiales coloniales e imperialistas, se asesinaron miles de millones de esclavos rebeldes, campesinos, siervos y trabajadores en nombre de los negocios, en fín, en nombre del capitalismo.
¿Quiénes se preocupaban realmente por la "chusma" de la sociedad burguesa, por la "carga del hombre blanco" (Kipling), y quienes todavía se preocupan hoy en día? ¿Dónde está la solidaridad internacional concreta y efectiva de los trabajadores, para los trabajadores?
En realidad podemos ver los signos de un venidero apocalipsis mundial en todos lados. El capitalismo está destruyendo el propio sustrato del experimento de la vida en nuestro planeta azul y con ella el experimento del homo novum cósmico.
Homo homini lupus está empeñado en destruir en las próximas décadas lo que el experimentum mundi (Ernst Bloch) ha creado a través de más de cuatro mil millones de años.
En caso de que hayamos borrado y olvidado algunos acontecimientos de la realidad contemporánea, vamos a refrescar nuestra memoria y transiluminar algunos asuntos que revelan una realidad global altamente problemática para la humanidad.
* Hasta 1996, Francia realizó pruebas atómicas en las cercanías de los atolones de la Mururoa y Fangataufa en el Pacífico Sur. Hoy en día, como consecuencia de esas pruebas, los pueblos indígenas todavía están sufriendo los efectos de esa intensa radiación. Incluso las tortugas han perdido su sentido de orientación y se encuentran en la extinción.
* Lo mismo vale - en otras latitudes - para las abejas y las aves. Einstein
advirtió de que si las abejas desaparecen, entonces a la humanidad probablemente sólo le quedarían pocos años de vida.
* Según estudios científicos, en las últimas décadas los "accidentes" nucleares de Chernobyl y Three Mile Island han cobrado ya un millón de víctimas.
* El desastre petrolero del Exxon-Valdex cerca de Alaska hace unos años atrás ya ha matado a casi todos los trabajadores que estaban tratando de limpiar ese desastre corporativo; parece que ninguno de ellos alcanzó la edad de cincuenta años. Bueno, el número de muertos será mucho mayor entre los "liquidadores heroicos" de Japón.
* La actual situación apocalíptica (las "fugas" de petroleo) en el Golfo de
México y el delta del Níger siguen amenazando los habitantes de la región. Otra muestra más de que a los gigantes corporativos no les importa un centavo lo que está pasando con la naturaleza y la vida humana.
* Millones de seres humanos están muriendo como resultado de los experimentos en la producción de armas de destrucción masiva biológicas y químicas .
* También el SIDA, al igual que las gripes aviar y porcina, después de su
"salida" de los laboratorios militares como "virus", luego camuflajeados como "vacunas", cobran millones de vidas en todo el mundo.
* Se están muriendo no sólo innumerables plantas, insectos, peces y aves; hace un tiempo, se incineraron un millón de "vacas locas" y más recientemente en Corea del Sur fueron enterrados vivos un millón de cerdos infectados por un virus.
* ¿Quién sabe, porque es pura especulación, pero durante las guerras de Irak, cuántos soldados probablemente podrían haber corrido la misma suerte? Después de un tratamiento electro-magnético, seguido por una sobredosis de ondas de extra baja frecuencia (ELF), algunos miles pueden haber sido enterrados vivos bajo la arena del desierto; dentro de 50 años sabremos mejor, como en el caso del asesinato de Patrice Lumumba.
* Las ondas ELF, las balas de uranio empobrecido y las bombas de fósforo blanco completan la etapa inicial de la destrucción capitalista global.
* Aquellos países africanos que no se unieron a la 'Africom' - Libia, Costa de
Marfil, Zimbabwe, Sudán y Eritrea - ahora están siendo "integrados" violentamente a la OTAN.
La Segunda Conquista, o sea, la Tercera Guerra Mundial, es aún más devastadora, porque ya está poniendo en marcha el holocausto físico y mental total y totalitario, el Maafa global (swahili = desastre apocalíptico).
El desastre del terremoto y del tsunami en Japón es sólo un comienzo, una
ominosa advertencia sobre peores cosas por venir, sobre el verdadero globo
fascismo, llamado globalización.
Lo que está ocurriendo ahora en Japón, lo mismo podría ocurrir en cualquier
momento en Francia, EE.UU. o Rusia. Hay cientos de reactores atómicos viejos que están a punto de fallar. Nada más un apagón de mayores proporciones, sea a nivel continental o regional, podría desatar una reacción en cadena de acontecimientos incontrolables. Además con las armas de destrucción masiva almacenadas en todas partes del mundo, pronto estaremos jugando a la ruleta rusa. Armas de gran alcance como el HAARP podrían reproducir el Maafa japonés en cualquier lugar del mundo, podrían cortar a los EE.UU. en la mitad, de hecho, podrían dividir el planeta mismo en dos, incluso lo podría sacar de su órbita.
La catástrofe actual en Japón no es comparable con nada en el pasado, tal vez en sus cifras de posibles víctimas humanas, a la trata de esclavos transatlántica y a la Conquista. Con toda probabilidad, no hay japoneses en las islas que no sean radicalmente afectados por la radiación atómica, y si aún no lo son, entonces muy pronto, lo estarán en los meses siguientes. Las verdaderas dimensiones de este desastre, que en realidad está comenzando ahora, sólo se conocerán en las próximas décadas. Esta vez no sólo Japón está amenazado, sino la vida humana misma está en peligro de extinción.
Ni siquiera ante esta situación de peligro inminente, los siete mil millones de "condenados de la Tierra" toman las armas contra un mar, contra un tsunami de problemas. Venezuela y el resto del mundo ¿vamos a pasar a la historia y desaparecer en el sistema solar, sin emprender una lucha anti-capitalista a nivel global?
¿Qué hacer, cómo pensar y hacia dónde superar?
Como ya hemos explicado en tantos escritos, la respuesta a esta pregunta múltiple es muy sencilla. Tenemos que acabar con el capitalismo mundial en todas sus facetas concretas naturales y sus dimensiones ideológicas sociales. Quién no ha comenzado todavía con este proceso emancipatorio está en un grave problema natural y social. Pero hasta a la hora cero, todavía hay esperanza creativa trascendental.
Como cualquier proceso histórico, dialécticamente el capitalismo está afirmándose (como 'A') en permanencia y así es como reproduce su propia negación ('No-A'). En la lucha de clases, violentamente a través de su afirmación el sistema mismo destruye a su propia negación (la negación de la negación) y traspasa afirmativamente a un grado superior de la explotación, dominación y discriminación, en nuestro caso, al fascismo global y la globalización fascista.
Por eso, ser realmente anti-capitalista significa erradicar su afirmación ('A') Y su Negación ('No-A'). Significa al mismo tiempo traspasar hacia la emancipación creativa, hacia el homo novum, al hombre nuevo.
franz@franzlee.org.ve
http://www.franzlee.org.ve
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